Lágrimas negras corren por mi rostro
rabia, tristeza y desgracia
habitantes que matan,
¡Cómo matan!
El mundo se viste de luto
pues tu voz poeta no volverá a escuchar
Mi alma sufre tu ausencia
pues tu divino rostro jamás volveré a tocar...
Y, ahora, ¿qué será de mí?
¿qué fue de ti cuando vivías?
Eterna tu confusión del ser
impresionante tu manera de amar.
Hoy, la llovizna son llamas de fuego
y la niebla el espanto diabólico que me encierran en silencioso dolor
saber que estás en mí,
asimilar que aquí ya no estarás más...
Lloro la vida mi pena
se desgarran mi alma, mi cuerpo y mi ser por ti
Solo queda mi corazón desolado
te lo envío, amada mía, si de algo te pueda servir.
A Yolanda Westphalen, gran poeta y gran abuela.
ResponderEliminarTu ausencia reposará por siempre en mi corazón.
Descansa en paz y vuela mujer de buen saber, voz fuerte de sentimiento silencioso, alma transcendental,vida que en mi ser resucitará...
Amo tu manera de sentir
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